El dilema social
- Jose M. Saavedra Chimal
- 7 oct 2020
- 2 Min. de lectura

Si no han tenido la oportunidad de ver el documental de Netflix "El dilema social", vayan a buscarlo, aunque sea pirata, porque nos enseña una realidad de la que todos estamos conscientes pero en la que nadie se quiere fijar.
Lo que dice, en resumen, es que las redes sociales han provocado que toda la información que vemos está diseñada para que reafirmemos nuestros puntos de vista y nuestras opiniones, lo que ha su vez lleva a una mayor polarización. Es como vivir en una burbuja, donde las personas a nuestro alrededor repiten lo que ya creemos. ¿Y esto por qué es malo? Porque lleva a una mayor división; por ejemplo, si una persona es religiosa y todo el tiempo le da like, comparte y comenta publicaciones religiosas, entonces cada vez le van a salir más de esas publicaciones, pero si por el otro lado, otro persona no es religiosa y cuando le salen estas publicaciones, ni les pone atención, entonces le van a dejar de salir, lo que lleva a que la primera persona piense que todos los demás son religiosos, mientras que la segunda piense que nadie es religioso.
Y esto no está mal mientras fuera con temas poco importantes, como si la pizza puede o no puede llevar piña, pero cuando se mete a temas políticos, raciales o algo por el estilo, es muy peligroso. Por eso, ahora cuando una persona está a favor de AMLO, todo lo que va a ver va a hacer que confíe en él más, y viceversa, lo que lleva a que nos encerremos en nuestro mundo y crezca nuestra confianza en las cosas que vemos. Y esto es un fenómeno que está pasando en todo el mundo; en Estados Unidos, los demócratas y los republicanos están en los extremos, en Europa, se están inclinando por populistas, etc.
El usar las redes sociales es algo extraordinaria, ya que nos permite conectarnos de una manera que nunca antes de había visto, pero también provoca que nos desconectemos más. No es nuestra culpa, estamos luchando contra máquinas literalmente diseñadas para hacer que estemos más tiempo en ellas, que aprenden con cada movimiento que hacemos. No se trata de dejar de usarlas, sino de buscar más allá de nuestra burbuja.
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