Hartazgo
- Jose M. Saavedra Chimal
- 4 oct 2020
- 2 Min. de lectura

El día de ayer, muchísimos mexicanos se congregaron en el zócalo de la Ciudad de México, haciendo respuesta al reto de López Obrador, en el cual dijo que sin 100 mil personas se manifiestan en contra de él y las encuestas dicen que su popularidad ha bajado, renunciaría a su puesto. Ahora bien, vamos a poner en claro 3 cosas:
López Obrador no va a renunciar, porque sus encuestas jamás van a decir que ha bajado su aprobación.
Aunque la marcha fue convocada por el Frente Nacional Anti Amlo, esto no significa que todos los participantes simpaticen con ese movimiento ni con su vocero, Gilberto Lozano.
Según cifras del gobierno, participaron 5 mil personas en la marcha, mientras que según cifras de FRENAAA, participaron más de 180 mil, por lo que probablemente una cifra realista se encuentre alrededor de 90,000.
¿Pero por qué tantas personas fueron a la marcha si no simpatizan con FRENAAA? Muy simple, porque es el movimiento/organización con el que más se identifican. Ningún partido de oposición ha podido llenar el vacío que ha dejado MORENA al defraudar a tantos de sus votantes. Cuando las personas se hartan de que nadie se preocupe por ellos y de que al parecer, todos los políticos son iguales, buscan salir de ese sistema, y eso es lo que fue la marcha de ayer. No fueron acarreados, pagados o falsos, sino que fueron ciudadanos que ya no confían en que el presidente estén haciendo las cosas bien.
Vi un artículo de Carla Ureña titulado "huérfanos", y me parece que es una excelente palabra para describir a la gran mayoría de los mexicanos, porque nos hemos quedado sin políticos en los que confiar y nos sentimos huérfanos de representantes. Ya no es MORENA, PRI, PAN, PRD, MC o cualquier otro que digan, pero tampoco son candidatos independientes, porque actualmente, no hay ningún legislador que haya llegado de esa manera a su puesto actual. ¿Entonces a quién acudimos? A nosotros mismos. Solamente nosotros podemos sacarnos de este hoyo, y no lo podemos hacer individualmente, sino en conjunto, porque al fin y al cabo, los políticos son servidores del pueblo, y tenemos que empezar a hacerlos sentir así, para que empiecen a tomarse sus puestos en serio.
Si en una empresa alguien no hace su trabajo, es despedido, y así debería de ser en el gobierno, pues en el momento en que dejan de funcionar (ya sea por ineptitud, corrupción, etc.), deberíamos de presionar para que dimitan y que una persona más capaz ocupe su puesto. Pero actualmente las cosas no son así, por lo que López Obrador difícilmente va a dimitir, ya que luchó durante muchos años por llegar a su puesto actual. Ya basta de pan y circo.
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