Del fracaso al éxito
- Jose M. Saavedra Chimal
- 1 ago 2020
- 2 Min. de lectura
Ayer aprendí algo muy importante a través de una experiencia horrible: Lo que aprendí de esto fue que, no importa cuánto te prepares, no importa cuánto practiques, el estar en el momento indicado y en el lugar indicado lo es todo. Les voy a contar como estuvo: me estaba preparando para la entrevista que iba a tener a las 8 pm con el Doctor Arturo Erdely, en mi programa “Lo que no se toca en la mesa”, estaba nervioso, pero todo iba bien. Estaba lista la cámara, la luz, el programa que utilizo para transmitir a Facebook y Youtube, el intro, las preguntas, en resumen… todo. El Doctor se conecta a la reunión en Google Meet y de repente… No se escucha. Yo me empecé a paniquear porque ya estaba a punto de empezar a transmitir en vivo, pero tampoco se conectaba. Estaba enojadísimo, porque me estuve preparando mucho tiempo, probé varias veces que sirviera y justo en el momento que tenía que funcionar, el internet decidió que no iba a pasar.

Claro, la preparación es muy importante y sin ella, no se pueden lograr las cosas, pero la sincronización es muy importante. Imagínense que Messi no hubiera estado en el partido en el que lo descubrió el cazatalentos del Barcelona, o que Emma Watson se hubiera perdido la audición de Harry Potter. Sus talentos pueden haber sido descubiertos después, pero el haber estado en el momento y lugar indicado es súper importante. Hacemos lo que podemos, pero las cosas no siempre van a salir como queremos, pero cuando tienen que pasar, van a pasar.
En ese momento puede ser que no lo veamos (o entendamos), y eso es lo que me pasó ayer. Estaba en un momento de enojo, frustración y vergüenza, en donde no quería la ayuda de nadie y sólo quería que funcionara, pero al despertarme hoy, me di cuenta de que pasó por algo. Puede ser que me pueda preparar mejor, que no era el momento adecuado o que la próxima vez que hable con el Doctor, podamos hablar de una mejor manera. Independientemente del porqué, ya pasó y no puedo hacer nada más que intentar la próxima vez.

Me di cuenta de que no importa que tanto me queje o me lamente, si no está en mi poder resolverlo, entonces no lo voy a poder hacer. Lo que sí está en mi poder, es no perder el ánimo, estar de buen humor y tomar las cosas como vienen. En la vida hay muchas cosas que no podemos controlar, pero siempre podemos controlar el cómo nos afectan, y en cuanto aprendamos y entendamos esto, podremos vivir de una mejor manera.
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