El no machismo mexicano
- Jose M. Saavedra Chimal
- 15 jun 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 14 jul 2020
México es un país extremadamente machismo, racista, malinchista, etc. pero la verdad es que no lo aceptamos. Hablen con las personas a su alrededor ¿cuántas de ellas son machistas? ¿cuántas de ellas lo saben y lo aceptan? Pocos saben que son machistas, porque así ha sido toda su vida.

Les pongo un ejemplo muy simple: David y Ana son hermanos de una familia mexicana promedio. Cuando eran chicos, a los dos les pedían que lavaran los trastes, David hacía berrinche y decía que no quería, mientras Ana los lavaba sin decir nada. Cuando les pedían limpiar su cuarto, Ana lo hacía y lo ordenaba, mientras que David medio movía de lugar las cosas y decía que ya estaba ordenado. ¿Notan el patrón? Mientras que Ana tiene que hacer las cosas como se lo piden, David puede hacerlas mal o hacer berrinche y quitárselas de encima. La diferencia es que siempre han visto que en la comida, su mamá se sienta al final, que cocina sola, que le toca lavar la ropa, mientras que su papá ve el fut, o se va a tomar una cerveza con sus amigos. No tiene la culpa ni Ana ni David, han sido criados así. Cuando tengan 16 años, cuando termina la comida Ana levanta la mesa y lava los trastes con su mamá mientras que David y su papá se van a ver la tele.
¿Por qué Ana no hace los berrinches de su hermano? Porque nunca lo ha visto en su mamá. Ella nunca se queja, hace el aseo de la casa aunque trabaje el mismo tiempo que su esposo. Y aunque no digo que sea el caso de todas las familias mexicanas, si es una situación muy común. Desde chicos desayunamos, comemos y cenamos machismo. Lo tenemos presente en todo momento, desde que escuchamos los comentarios misóginos en la radio (te estoy hablando a ti, C. M. Huerta, y a todos los que hacen lo mismo), cuando vemos a las edecanes, cuando en casi todas las películas románticas la mujer acepta al hombre aunque sea un patán solo porque "la quiere" y en otra infinidad de situaciones.
La única forma en que podemos cambiar esto es dándonos cuenta de las actitudes incorrectas que tomamos, desde dejar que las mujeres de la casa laven los platos, la ropa y hagan el quehacer, hasta dejar de hacer mansplaining (literalmente explicar como hombre, es decir, que una opinión solo tenga valor cuando un hombre lo dice, aunque una mujer lo haya dicho antes. Si, lo hacemos mucho). No tenemos que ser lo que nos enseñaron, debemos ser mejores, y la mejor manera de hacer eso es cuestionarnos lo que hacemos, tanto hombres como mujeres, porque desgraciadamente, todos fuimos criados de esta manera y es un proceso el desaprender el machismo (en cualquier grado que se presente) y revalorizar el concepto de equidad. De ser posible, también debemos de hacerlo con las personas que nos rodean, un individuo a la vez.

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