La salud mental en tiempos del COVID19
- Jose M. Saavedra Chimal
- 12 jul 2020
- 2 Min. de lectura
“¿Alguien sabe si la segunda temporada de la cuarentena es en la misma casa? Es que ya estoy teniendo problemas con el elenco”
Aceptémoslo, todos hemos tenido un colapso en esta cuarentena y las razones específicas pueden variar, generalizándoles, pueden ir de: ya no aguanto estar encerrado, ya no aguanto a mi familia, quiero ver a mis amigos, no he socializado, no hablo con nadie o algo por el estilo. En resumen, hay quienes estamos hartos de estar con las mismas personas o sentimos soledad. La salud mental es un concepto difícil de tratar, ya que comúnmente se polariza a felicidad o depresión, sin embargo, es algo mucho más complejo que sólo polos opuestos, involucra nuestro desarrollo físico, emocional y social, como decidimos integrarlos a nuestras vidas y si somos capaces de aceptar o no nuestras realidades.

En tiempos de distanciamiento social, es cuando más nos enfrentamos a nosotros mismos y encarar nuestros conflictos personales resulta inevitable... seguramente, hoy día es incontable la cantidad de posts que encontramos sobre lo importante que es incentivar a las personas para atraer buena vibra o comer sanamente y como eso automáticamente hace tu día lleno de color. Si bien estos son sólo algunos de los consejos más populares en tiempos de coronavirus, otras formas más recomendadas para mantener una buena salud mental son: hacer ejercicio, mantenernos en contacto con nuestros amigos y familiares a través de las mil formas que tenemos y hacer actividades que nos gustan, preferiblemente acompañados.
Sabemos que cada cabeza es un mundo, y por eso no es fácil para todos favorecernos de las mismas rutinas, es bueno concientizar acerca de que sentir cansancio o frustración es natural en esta situación; ver Netflix todo el día es un buen plan de vez en cuando, suena tentador la mayor parte del tiempo, pero la verdad es que volverle nuestra única fuente de motivación diaria, no ayuda a nuestro estado de ánimo.

También existen muchas situaciones en que el conflicto más complejo es la misma familia (aquí no somos Bárbara de Regil para decirles que solo "se alejen de las personas toxicas y les pidan que ya no sean así"), en estos casos, se recomienda establecer tiempos para uno mismo, tratar de establecer algunas reglas, para que la convivencia pueda ser más amena (de ser posible), y si la situación es muy complicada, tener esos minutos con uno mismo para recordarse lo importante que eres para ti y que busques tu red de apoyo más cercana, mantener ese contacto con amigos o familiares a la distancia es también algo que poco a poco nos incentiva a que llegará el día en que nos veremos de frente otra vez y podremos disfrutar de nuestras compañías.
Reconocer el privilegio en que nos encontramos para guardar el confinamiento es algo que día a día nos puede motivar para relajar la tensión de estar encerrados.
Nota al pie: Este artículo fue co-escrito entre Lucía Bonilla y José M. Saavedra
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