Los apodos mexicanos
- Jose M. Saavedra Chimal
- 23 jul 2020
- 2 Min. de lectura
Seamos sinceros, todos conocemos a alguien al que le dicen gordo o pollo o algún otro apodo, porque es algo muy común en México: el gordito es vaca, el morenito es negro, el que tiene lentes es cuatro ojos, y así sucesivamente. Muchas veces es una muestra de cariño, pero muchas otras, la mayoría, es una ofensa, un apodo que te ponen aunque no quieras. Esto lleva a que los mexicanos estemos acostumbrados a poner etiquetas a todas las personas, porque es nuestra manera de lidiar con aquello por lo que nos sentimos amenazados o intimidados, y esto es algo que viene desde el hogar.

Cuando los mexicanos no conocemos algo, le ponemos un apodo, porque así, minimizamos su impacto. Muchas veces decimos que es amor apache, pero lo malo es que ni siquiera sabemos que es este tipo de amor. El amor apache, es muchas veces descrito como una relación entre dos personas en donde el amor es demostrado de una manera que puede llegar a ser ofensiva, con bromas e insultos, lo que significa que es una relación en donde la violencia es algo común y no está mal visto. Cuando tipificamos una relación tóxica como algo normal, entonces damos paso a que pueda volverse cada vez peor, porque es algo que les pasa a todos y que no es raro. Tenemos que aprender a diferenciar cuándo es una relación tóxica, con amor apache, y cuándo es una relación sana, en donde las bromas no ofensivas están presentes.
Una muestra clara de los apodos y etiquetas que los mexicanos ponemos y que son un error, es por ejemplo con las boy bands y con los artistas que atraen más a mujeres adolescentes, como One Direction (que están cumpliendo 10 años hoy), Los Jonas Brothers, Justin Bieber o más recientemente, el K-Pop, ya que es algo común que los hombres digan que es música de "maricas", de "gays" y que si a un hombre le gusta, es por lo tanto homosexual; en el caso del K-Pop, les dicen chinitos, cuando en realidad son coreanos. Esto se hace porque es algo desconocido, que a muchos hombres les molesta, porque hacen que las mujeres se sientan atraídos por ellos.

Cuando todo el tiempo estamos poniendo etiquetas y viendo cómo molestar a los demás, nos intoxicamos solos, ya que no nos damos cuenta de que hay personas con mucho talento y carisma a las que relegamos sólo por tener sobrepeso, ser masculina o ser femenino, usar lentes o ser inteligentes. Debemos de pasar por un proceso de desintoxicación, en el que dejemos de utilizar apodos para denigrar, no porque los apodos sean inherentemente malos, sino porque la forma en la que son utilizados es mala.
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