México mágico, México roto.

Cuando en México alguien te dice naco, duele. Cuando en México alguien te dice indio, duele. Pero cuando esa misma persona únicamente se indigna cuando algo pasa en Estados Unidos, duele más.

México es un país increíble, biodiverso, lleno de historia, pero desgraciadamente también es un país machista, misógino, racista, malinchista y peligroso. Es un país donde diariamente son asesinadas 10 mujeres por motivos de género. Es un país donde la violencia y la discriminación son la comida de todos los días. La misoginia está tan arraigada que es deber de las mujeres hacer el quehacer y cuidar a los niños, incluso cuando trabaja el mismo tiempo que su marido. Donde la gran mayoría de los hombres dependen completamente de sus esposas para lavar su ropa, cocinar, barrer, trapear, educar a sus hijos y ser devotas a ellos. Este comportamiento se encuentra tan arraigado que cuando una mujer sabe cocinar, le dicen “ya te puedes casar”, donde un hombre que está con muchas mujeres es un campeón, pero una mujer que está con muchos hombres es una “puta”, donde todos conocemos a alguien que ha sido asesinado, asaltado, violado o violentado y en donde muchas veces, estos crímenes son llevados a cabo por un miembro de la familia.

En estos días ha surgido un movimiento relacionado con Oliver López y Giovanni López, el primero fue asesinado de una manera similar a George Floyd, la gota que derramó el vaso e impulsó las protestas raciales en Estados Unidos, mientras que el segundo fue detenido por no llevar cubrebocas, supuestamente, solo para ser asesinado por un golpe en la cabeza. En ninguno de los dos casos están claras las razones de sus detenciones y tampoco se han llevado a cabo las investigaciones pertinentes. Esto es solo una pequeña muestra de la brutalidad policial que existe en todo el país, hecho al que se le suman denuncias por colusión con el crimen organizado.

Vivimos en un país en donde todos hemos sido inculcados sistemáticamente la práctica del racismo, el “los blancos son mejores”, el “no puedes porque eres mujer”, el “eres niña, eres puto, marica, puñal, naco, indio, marimacha, lencha, débil”. Todos hemos sido educados de esta manera, sin embargo, esto no significa que debamos de seguir así. Tenemos que iniciar a cuestionarnos el cómo nos educaron, lo que decimos, lo que hacemos y a dónde estamos yendo como país, porque si seguimos por el camino que vamos, vamos a caer por una barranca más profunda de en la que ya estamos.

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