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Una victoria para el ambiente

  • Foto del escritor: Jose M. Saavedra Chimal
    Jose M. Saavedra Chimal
  • 29 jun 2020
  • 2 Min. de lectura

El día de hoy, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha logrado una importante victoria para las energías limpias y es que acaba de frenar la barbaridad de decreto que sacó el Centro Nacional de Control de Energía, el cual paraba prácticamente la industria de las energías renovables en México. ¿La razón de esta tontería? Muy simple, es una cadena de eventos:

  1. México hace el ridículo en el panorama internacional al no querer reducir la cantidad de petróleo que se va a producir.

  2. Arabia Saudita castiga a México quitándole el mercado a nivel internacional.

  3. El petróleo en México es de tan mala calidad, que ni siquiera se puede vender a nivel internacional.

  4. López Obrador, siendo tan terco como siempre, decide seguir adelante con las refinerías aún cuando todo apunta a que es un desperdicio de dinero.

  5. México va a tener petróleo que nadie le va a comprar.

  6. La Comisión Federal de Electricidad es la empresa que va a comprar el petróleo basura de PEMEX para producir electricidad.

  7. La gente prefiere comprar electricidad de la industria de energías renovables porque es mejor y más barata.

En resumen, es un acuerdo para proteger a CFE y a PEMEX, aún sabiendo que las dos empresas se encuentran muy mal financieramente y la segunda ya está quebrada. Lo hicieron por la terquedad de nuestro querido presidente, lo cual va a traer aún más problemas económicos e industriales a México, porque representa otro punto negativo para la inversión extranjera.


La decisión de la SCJN es un golpe fuerte para la 4T y para su mesías, siendo tanto así, que si se mantiene este rechazo al decreto, puede ser el inicio de la recuperación industrial del país, aunque es poco probable. Hay que recalcar que las obras bandera de López Obrador siguen en la Suprema Corte y que hasta que no se les dé luz verde, no van a poder avanzar, independientemente de lo que diga el Presidente y puede ser que sufran el mismo destino que el decreto del CENACE.

Las obras del Presidente no tienen ni pies ni cabeza y hay muchas personas en contra de ellas, y uno de los ejemplos más claros es el Tren Maya, que se ha posicionado como un peligro enorme para el medio ambiente y para la selva mexicana, mientras que el único beneficio se supone que es el desarrollo de las comunidades indígenas de la zona, cuando hay estudios y testimonios que mencionan explícitamente que este no va a ser el caso. Esperemos que la Suprema Corte realmente esté informada y tome decisiones inteligentes.


P. D. Si quieren ir a reírse un rato, vean lo que pasó con Rocío Nahle, la Secretaria de Energía del país y cómo es que pensó que le estaban aplaudiendo cuando la realidad fue muy diferente.


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©2020 por José María Saavedra Chimal.

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